jueves, 13 de marzo de 2014

OJALÁ LA PRIMAVERA...

Por el sur siguen los días transitando en dudas. La mar, en su muchedumbre quejosa, se solivianta en espumas lejanas y olas oblicuas; quizás cansada de invierno; o, quizás, agotada de vientos inesperados.Y todo, en su confluencia, entristece y desprecia las playas, cuando aún recién en la memoria aquella otra mar luminosa y ruda del norte; o el azul del estuario de Lisboa, donde un poeta eterno, al verla, entrando en barco desde el océano, escribió: "Lisboa vista así, de lejos, se erige como una bella visión de sueño, sobresaliendo contra el azul del cielo, que el sol anima”... (F. Pessoa)
Sí, aquel poeta que me persigue siempre, al modo guía espiritual, por este mundo; un mundo que, como a él le ocurría, no me gusta, pero que me lleva por la vida:

"Cuanto más diferente de mí es alguien, más real me parece, porque menos depende de mi subjetividad. Y es por eso por lo que mi estudio atento y constante es esa misma humanidad vulgar que no acepto y de quien disto. La amo porque la odio. Me gusta verla porque detesto sentirla. El paisaje, tan admirable como cuadro, es en general incómodo como lecho." (F. Pessoa)

Sí, la mar, por este sur del Sur, en su muchedumbre quejosa, amaneció soliviantada en espumas; y, claro, la playa no pudo ocultar su desolación ni su tristeza...

Ojalá pronto la primavera...


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