Primera observación: hay más mujeres que hombres, lo cual es una buena noticia, en principio, por aquello de llevar a la práctica la igualdad real entre sexos... Lo que ya nos preocuparía es que en vez de competencia se exija sexo; porque claro, llegará un momento en el que los gays pidan su cuota...
En segundo lugar: en la incierta España autonómica nacida de la vigente Constitución (hora es ya de aclarar si queremos o no un estado federal; esto de las autonomías es una broma inventada al calor de aquello de café para todos), los territorios siguen componiendo, por cuotas, los gobiernos democráticos. Porque además, así están organizados los partidos políticos, por territorios. Y es verdad que esto tranquiliza a las organizaciones políticas, las cuotas territoriales en función de la fuerza interna de las baronías; lo que no estamos tan seguros, es que, al igual que con lo de las cuotas por sexo, tranquilice a los ciudadanos, fin último de toda acción de gobierno, el que el Gobierno de la Nación sea determinado por los territorios y no por el Presidente que han elegido los españoles..
Y por último, y en tercer lugar, sorprende la falta de experiencia de algunas ministros(as), como la insistencia en el mantenimiento de algunas(os) de ellos.
