EL POPULISMO TOMA EL CAPITOLIO ESTADOUNIDENSE

Como sabemos, todo populismo crece en épocas de crisis: las desigualdades sociales llevan a creer en los salvadores populistas de todo signo, toda vez las élites tradicionales del poder no han sido capaces de solucionar sus problemas, y lo vimos el pasado siglo varias veces.

Desde la crisis financiera el populismo ha regresado con fuerza. Lo vimos con el regreso de los nacionalismos ( la forma política más evidente del populismo es la xenofobia y el cierre de fronteras) cuando ya no eran la solución los Estados-Nación del pasado, sino instituciones políticas globales; lo vimos con el Brexit, donde la ambición personal de un mediocre cambió las reglas de la democracia representativa y se impuso eso de consultar a los ciudadanos con preguntas de enormes simplezas sobre asuntos de alta responsabilidad y consecuencias, como fue el Brexit, un Brexit que ya ha empezado a demostrar que fue un error y que ha dividido a la sociedad británica. Lo vimos con el PSOE y la implantación de las primarias en un partido donde el proceso de confluencias y de distintas tendencias se filtraban en Congresos, locales, provinciales, autonómicos y federales. Y surgieron liderazgos débiles o divididos, pero nunca consensuados; como Borrell, al que luego tumbaron o ZP, cuando la mayoría del establecimiento del PSOE optaba por Bono, pero Guerra se la jugó a Felipe, entre otros.

Y ha llegado a Casado, que sale apoyado por Aznar, que se la tenía guardada a Rajoy, en otras populistas primarias tras la sentencia de la Gürtel...

Y qué decir de Podemos, que hasta rodeó el Congreso de los Diputados, o lo intentó... Y hasta su Líder consulta a las bases la compra del 'chalete' del marquesado de Galapagar...

O los procesos tipo Macron, otro populista desde mi punto de vista, como Rivera, el huido tras el fracaso de su egolatría, ambos nacidos tras el deterioro de la política tradicional en Francia y en Cataluña, por los casos de corrupción y/o coqueteos con secesionistas sin escrúpulos y discursos nacionalistas de nuevo como formas del populismo reinante; repito: los estados nación del pasado ya no son las respuestas democráticas a los problemas de sociedades en crisis que crean desigualdades y donde generaciones de jóvenes las dejan sin futuro...

Este es el asunto. Lo de hoy en el Capitolio de EEUU es una anécdota que mañana será portada de la prensa; pero Biden y los dirigentes mundiales tienen que plantearse de una vez que el populismo es mero fascismo y un peligro para la convivencia, y tienen que ponerse las pilas ante el populismo que domina el mundo... Un populismo que antes era de ultra derechas o de ultra izquierdas, pero que ya afecta al PP (Ayuso solo hace populismo: todo vale por el poder y vale la mentira y vale lo obsceno con tal de seguir). Y ha llegado (esperemos para no quedarse) al PSOE con eso de las primarias que invalida los Congresos y al Comité Federal (¿desde cuándo no se reúne? ¿quién critica a Sánchez si se siente respaldado por las bases?). Unos populismos que, repito, sólo serán reconvertibles con la voluntad de los dirigentes políticos más razonablemente sólidos para volver a la democracia representativa y a los contrapoderes que la protegen y garantizan; y para empezar a construir estructuras políticas continentales, cuales la Europa Política Federal, una Europa a la que pronto volverá el Reino Unido cuando la ciudadanía sienta en sus carnes que fue un error, el de un frívolo indocumentado que quiso tomar el poder de los 'tories' usando un referéndum populista y falsario...

Y en EEUU, donde la democracia más importante del mundo, Biden tiene una enorme tarea: unir a un país muy dividido, como lo está España también; pero allí es más fácil porque es un país que ha demostrado ser capaz de unirse en momentos delicados. Ojalá esto sirva para que en España y en otros países tomen nota de que los populismos sólo traen desgracia y fascismo. Y que Casado se distancie de VOX de una vez, y que en media Europa empiece la socialdemocracia a reconocer que aunque se ha equivocado muchas veces sigue siendo la única solución de libertad, democracia, solidaridad y federalismo mundial.