domingo, 24 de enero de 2021

DE LA DECADENCIA DE OCCIDENTE

La decadencia de occidente y de su modelo de convivencia se manifiesta en alguna realidad patente, como esta permanente apuesta por poner en valor la banalidad de lo falsario, de lo indocumentado; como la charlatanería, la fullería intelectual, lo poco analizado que está casi todo lo que se comunica, etc, en el común de los mortales. En cambio, no se valora como debía a los que sí lideran aquellos esfuerzos científicos, intelectuales, morales, civiles y cívicos…
Es la banalidad de la modernidad… Más allá de que hemos creado una sociedad individualista, muy competitiva; hasta la insolidaridad y el odio de todo tipo hacia el semejante que puede quitarte la silla…
Para nota el discurso del emprendimiento autónomo a raíz de la crisis financiera con la consiguiente caída del sindicalismo como contrapoder y defensa del factor humano en las empresas, etc…
Y hoy el teletrabajo, a raíz de la Covid; cómodo sí, para algunos; pero esclavizante también y más insolidario, menos socializante, menos fuerte como defensa de los intereses colectivos del factor trabajo en el coste empresarial… Más productividad, más competitividad… Sí, pero menos felicidad, más explotación y más insolidaridad…
Y ese es el caldo de cultivo del que se han aprovechado los políticos populistas, desde un Jesús Gil ya ido a un Trump, un Le Pen, o un Johnson con un Brexit absurdo; o Iglesias y Rufianes, representantes de otros populismos xenófobos, supremacistas, antisistemas o comunistas ya fracasados e igualmente peligrosos… O un Casado, alentado por un VOX trasnochadamente franquista.
Sí, el populismo viene de lejos; desde aquellos tiempos en que se decía que bajar impuestos era de izquierda, cuando el pensamiento único trajo las mayores desigualdades sociales en el reparto de la riqueza que sí la hubo, pero mal repartida.
Y cuando las terceras vías liberales de la socialdemocracia que cayó en las redes del liberalismo y la mentira, como aquel Tony Blair, amigo de Aznar y Bush que nos llevó a la guerra ilegal de Irak...
Y, como siempre, al cabo, el triunfo de los nacionalismos en la vieja Europa con recetas fracasadas pero que se aprovechan de aquella banalidad mayoritaria en la sociedad y de la renuncia de la izquierda a seguir siendo la única Utopía del humanismo vía fiscal que con el ingreso y el gasto público ofrezca servicios públicos universales que garanticen la igualdad de oportunidades…
Y en esto llegaron los youtubers; otra forma de aprovechamiento de la banalidad que nos inunda y que me recuerdan a los antiguos predicadores que se aprovechaban de la ignorancia de sus semejantes...
Lo lamentable es que haya gente que los siguen; o al revés: ellos saben que existe ese personal y se aprovechan. Como los líderes populistas se aprovechan de la gente ignorante harta de abandonos por los partidos tradicionales y que acaba creyendo en ellos como sanadores y salvadores de sus miserias, o aprovechamiento en modo Viridiana de Buñuel.
Y lo más grave: estos parlanchines son unos ignorantes sin formación ni científica ni humanística… Y encima se van a Andorra, un paraíso fiscal para no pagar los impuestos que debían abonar en España...
Lo lamentable es que esto enlaza con el mundo que hemos creado de individualistas insolidarios y competitivos desde casi que se nace. Una competitividad que la TV pública potencia con programas como Master Chef junior, donde los niños ya empiezan a competir entre ellos para ganar. Lo visten de espectáculo y humor, pero el mensaje subliminal es la competitividad por encima de todo, más allá de usar a los niños para un negocio de los padres, unos niños que debían estar formándose no jugando a las cocinitas con instrumentos que no saben ni deben usar...
No hay derecho. Y ojo, esta realidad la hemos construido todos, no ha caído del cielo; no tengo hijos, pero esta generación de hoy es la que ha formado la nuestra… Y en un contexto de globalización de todo menos de LA VERDAD (frente a la mentira) y LA POLÍTICA (el estado-nación del pasado ya no funciona como catalizador ni garante de la igualdad de oportunidades: caminemos hacia los EE.UU. de Europa) como los dos elementos fundamentales que Occidente debe abanderar como contrapoderes ante tanta banalidad y, sobre todo, como la recuperación de la Ciencia y la Razón frente a lo falsario y hueco, y el regreso de la Ilustración...
Mientras tanto, hagamos como que aún nos queda tiempo y lo malgastamos en el ocio que nos lleva...


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