sábado, 30 de enero de 2021

29 DE ENERO DE 2021

10,20 horas
Nuevo día primaveral por este Sur malacitano… Desayunado y repasadas las noticias (sigo sin entender el ‘NO’ de Casado y Arrimadas al decreto para los fondos europeos; lo de Vox, con su abstención, es la guinda: ¿acaso VOX juega a la responsabilidad que no tienen PP y C’s?: lamentable todo), me ducho y salgo en busca de un poco de jamón de Salamanca y de mascarillas ffp2 que me faltan…
La luz y el sol de Málaga son hoy como la vida ausente y deseada desde hace un año: la Covid ha sido una ladrona que me ha robado un año de vida y va camino de robarme otro, eso sí perdonándome la vida, de lo que me temo se vanagloria para colmo, como diciéndome: -no te quejes encima, ¡¡¡privilegiado que aún vives!!!…
Sí, pero sin poder salir; sin poder visitar mi Portugal confinado y cerrado en sus fronteras, no me reconozco…
Claro que no hay peor virus que el de la amoral actitud de los populistas que nos llevan de aquí para allá, mientras insultan la poca inteligencia que nos quedaba intacta…
13,30 horas
Me acerco a una de mis terrazas favoritas, sin gente, a tomar el aperitivo; como los borrachos de pueblo, los camareros ya saben -sin decirles palabra alguna- lo que tomo... Y ya lo traen dándome la bienvenida...
-¿Todo bien?, me pregunta el chico que me atiende hoy…
-Sí, gracias… El día acompaña y apenas nadie en derredor… Caigo entonces en que he sido un poco grosero…
-Lo de que no hay nadie lo decía por evitar contactos extraños; ya sabes que siempre he sentido mucho el daño que os hace esta crisis, le digo en un intento de arreglar lo imposible ya…
-Al final pagamos justos por pecadores, como siempre en la vida, me dice el chico; nosotros hemos respetado siempre las normas y al final pagamos la culpa de los que no las cumplen, me comenta más tarde…
-Llevas toda la razón, le digo…
Me trae unas aceitunas exquisitas en su segunda salida a la terraza y ya soy de nuevo víctima del complejo de borracho de toda la vida que sigiloso entra en un local y los camareros, sin hablar ni preguntar, ya saben lo que toma y directamente se lo sirven…
-¡Qué tragedia!!!, me digo… ¡Qué fama!!!, me pienso…
14,45 horas
Regreso a casa después de una mañana primaveral paseando por el centro de la ciudad sin apenas gente en la calle. Y es que entre la cuesta de enero y la pandemia, la ciudad del paraíso pareciera la ciudad de la desolación y la extrañeza...
Buenas noches, mañana será de nuevo el mundo...



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