Lo dije en la reciente noche electoral en Andalucía: Cataluña y su gestión política por parte del Gobierno de España, habían estado presentes en las elecciones andaluzas, castigando al PSOE y a Podemos.
El error de la Sra. Díaz fue intentar obviar aquel asunto para que precisamente no le salpicara, cuando lo que ha conseguido es que aquel asunto le salpicara con más fuerza aún.
El error de la Sra. Díaz fue intentar obviar aquel asunto para que precisamente no le salpicara, cuando lo que ha conseguido es que aquel asunto le salpicara con más fuerza aún.
Y claro, visto lo visto y lo propuesto por el fanático Sr. Torra (todo nacionalismo es un fanatismo) hablando de vía eslovena hacia la independencia, bien haría el Sr. Sánchez en rehacer sus alianzas ya y acabar de una vez por todas con aquel desdén y chulería de los secesionistas ante todo ruego de diálogo por parte del Gobierno de España, y empezar, también, a dejar lastre en su relación con los populistas de Podemos, que lo mismo apoyan al sector más reaccionario de la economía española, como el del taxi o se asombra y culpabiliza a VOX de sus males (los populistas sólo saben radicalizarse ante sus errores), como si no supieran que VOX estaba dentro del PP y que sale cuando ya el PP no le sirve...
Ojalá el Sr. Sánchez empiece a rectificar... Y pronto: ante los problemas de España y su crisis institucional, con tanta fragmentación política, sólo veo un pacto de Estado PSOE-Ciudadanos que lidere todas las reformas necesarias y consensuadas con el mayor número de fuerzas democráticas posibles, y que anule de una vez por todas cualquier posibilidad de triunfo del populismo en España, sea del signo que sea aquel populismo.
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