miércoles, 12 de noviembre de 2014

UNA PROFUNDA MELANCOLÍA DE DERROTA

Día tras día vamos asistiendo al declive como sociedad, como economía, como espacio solidario, como país, como estado, como nación... Y día tras día salpicando el presente con nuevos casos de corrupción; de malversación de fondos públicos; de cargos públicos recogiendo migajas gratis para sobrevivir entre restaurantes, putas y fiestas al modo gratis total; de jueces estrella que en vez de criticar la falta de medios que padecen callan y sólo vociferan sus instrucciones que debieran salvaguardar hasta el fin de la instrucción; empresarios que engañan hasta a los suyos, antiguos desgraciados de nada hoy prepotentes nuevos ricos horteras ostentando sus riquezas ganadas al modo fullero y opaco fiscalmente; medios de comunicación entregados al poder para que los rescaten de sus ruinas aunque sea creando monstruos del pasado; instituciones públicas y privadas desalentadas y abandonadas en su melancolía, etc... Y, en cambio, una juventud abandonada a su destino, que no es otro que el exilio laboral o el paro... Y para colmo, muchos ciudadanos, ya víctimas todos del malestar general, se dejan llevar y caen en las trampas que nos han inventado como excusas, y sólo esperan messías y salvadores, o quizás, telepredicadores y salvapatrias que pongan patas arriba todo en aquella estrategia 'déjà vu' de mientras peor, mejor...

Nunca he creído en messías y salvadores. No tenemos que esperar que vengan salvadores a salvarnos de este olvido: todos nos tenemos que salvar y todos tenemos que participar de la salvación. Por eso me duele que se esté encumbrando desde medios irresponsables, arruinados de moral y de finanzas, a fantasmas salvadores de patria: no aprendemos de la historia, que la hacen los pueblos, no los salvadores messias, aquellos que ya antes sólo trajeron fascismo, miseria y guerra. Y si España está como está todos hemos sido en parte culpables: tenemos lo que nos merecemos; somos un pueblo hosco, pícaro, indecente, egoísta, fullero, panzistas los más y quijotescos los ilustrados; está en la literatura, en la historia, en el ADN de este pueblo que mató a Lorca, que expulsó a los poetas del 27 al exilio, que nunca tuvo sentimiento de nación, de estado soberano, de pueblo decente; este pueblo de las dos Españas que impiden la tercera, la decente y digna de sus gentes más nobles y solidarias; quizás porque siempre fue un pueblo indolente que prefirió que otros mandaran por él...

Tengo la sensación de una profunda melancolía de derrota; sobre todo al ver cómo caen en las redes del olvido inteligencias puras y almas hermosas... Pero sigo teniendo un sueño: que despierten de su letargo aquellos que por mor de su malestar no alcanzan a ver el horizonte...
Ojalá nunca el olvido...
Ojalá pronto la luz: en la conciencia está el remedio.

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