sábado, 15 de noviembre de 2014

A VECES LA VIDA...

Sí, a veces la vida...
La mañana húmeda me trajo escalofríos; al modo mensaje, como ya antes otras veces... No dormí bien y la humedad de la mañana me quiso decir algo... Presentí algo terrible, como ya antes también otras veces; y, como siempre, con la humedad y un cierto desconsuelo de derrota...
Al cabo, el cuerpo cortado por una nueva tragedia...

Vino a verme una vez a Sevilla, para asuntos comerciales de sus amigos los músicos y la gente del arte, su mundo... Y luego llegaron tiempos duros, con tragedias de terceros que le afectaron de por vida...

Con los años, regresé a Málaga y allí estaba, en el centro de producción de Málaga, donde tan bien me acogieron todos y que nunca he podido agradecerlo personalmente uno a uno... Y Dani, siempre tan servicial, tan atento, tan con su sonrisa de niño grande, tan inocente y tan tanto sufrido, siempre que me veía por los pasillos me daba un abrazo y me hablaba del arte, de la vida, del amor... Era un torbellino de alegría; y era todo bondad...

Y me acabo de enterar: ayer, en casa de sus padres, decidió irse para siempre; ahora que estaba mejor que nunca; ahora que tanto lo necesitaban y se necesitaba... Y lo han enterrado esta tarde; y no he podido estar allí; porque no sabía nada; sí, allí donde han estado mis compañeros, sus gentes, mi gente... Y me duele no haber podido estar allí con ellos...

Sólo tenía 50 años; y un hijo pequeño, al que adoraba...
Y tenía toda la vida por delante y todas las sonrisas del mundo...

Sí, a veces la vida...


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