En Andalucía ya han desaparecido aquellos olores a tierra mojada de nuestros primeros descubrimientos del mundo.
Hoy, Andalucía sólo huele a humedad, a tristeza y a melancolía...
Más de dos meses cayendo aguas excesivas; más de dos meses con los soles atemorizados y escondidos...
No, Andalucía ya no es la tierra de la alegría, de la luz y de la paz con el mundo...
Y este domingo triste como una modistilla de pueblo, húmedo y frío, me lleva a aquellos años; sí, tristes como una modistilla de pueblo, tan oscuros como siniestros, sin paz y sin libertad, pero de buñuelos de madre, de mesas de camilla, de chimeneas y de deseos de cambio, y de Serrat, como cuando cantaba su Balada de Otoño...
Y oigo sus versos... "Llueve, detrás de los cristales llueve y llueve..." Y para entonces, me recupero y me llevo a aquellos años, a aquellos días...
Sí, tristes como una modistilla de pueblo, pero donde hubo siempre una esperanza de futuro.
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