Siempre he admirado a este país; siempre, desde mi uso de razón o sin ella, he sido y soy francófono…
En mi vida hay dos referencias claves en mi formación moral: la Revolución Francesa y la Revoluçao dos Cravos de Portugal… No me reconozco fuera, más allá, de estos dos hechos históricos…
Y si mi pasión por el fútbol —hermosa metáfora de la vida el fútbol— es una evidente realidad, me reconforta que jugadores de la talla de Mbappé, como ya antes lo hiciera Zidane, denuncie públicamente el tormento que se avecina en La France y en media Europa, donde parece que los europeos hemos perdido la memoria y algo más…
"Este domingo, a un día del debut ante Austria en Düsseldorf (21.00 TVE), y ante la amenaza de que se repita en las elecciones legislativas del próximo 30 de junio el triunfo que cosechó en los comicios europeos el Reagrupamiento Nacional presidido por la ultraderechista Marine Le Pen, Mbappé retomó para la selección tricolor la bandera de la diversidad y la convivencia multicultural que alzaron los internacionales del 98. “No me gustan los extremos, los que dividen”, advirtió el flamante fichaje del Real Madrid en la sala de prensa del coqueto Arena Stadion de Düsseldorf." (EL PAÍS, 16 de junio 2024))
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