domingo, 22 de marzo de 2020

SÓLO LOS ATORMENTADOS SON LOS VERDADERAMENTE GRANDES

Cuando tenía 14-15-16 años dedicaba muchas horas a pintar en la casa de Coín durante las vacaciones... Pasaba horas inolvidables en mi soledad: siempre he sostenido que lo grato es el proceso de creación, no la creación definitiva; entre otras cosas, porque, como decía Picasso, una obra es interminable: sólo termina cuando el artista dice ¡hasta aquí!...
Y más allá de los eternos, por entonces adoraba a los impresionistas, a los rompedores, a los que buscaban por el color, la luz y sus texturas, las formas, y no al revés...

Y era el año 1972 cuando cayó en mis manos CARTAS A THEO, de V. Van Gogh.
Un libro eterno en mi vida y que hoy llevo toda la tarde con él y recordando que sólo los atormentados y fracasados son los más grandes...
"Ya ves, las pasiones son las velas del barquichuelo" (V.Van Gogh, Cartas a Theo. Barral editores. Barna 1971)


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