domingo, 3 de febrero de 2019

ESTE MAR DE ENFRENTE...

Tras tomar unos churros exquisitos en la urbanización, bajé al mar de enfrente a seguir cazando nubes...
Pero no hubo cacería alguna: sólo había luz... Y tanta, que cegaba la mirada y todo era azul...
Como aquellos ojos huidizos y perdidos y que este mi mar siempre me recuerda que los tuve y retuve para gozarlos eternamente ya; como gozo siempre de este mar, el de enfrente, como si siempre renacido a mi vida...

P.D. 
Nunca te lo dije -al menos no lo recuerdo- pero ya va siendo hora: lo que más me gustó de ti, y desde el primer instante, fue el percibir con nitidez que eras una mujer que harías feliz a todo aquel que tuviese la fortuna de estar a tu lado...
Te vi poco; te tuve muy poco, pero siempre percibí esto de ti: haces fácil todo este complejo vivir en este loco e insoportable mundo; como si fuese dichosa la vida... Y como si el mundo un paraíso nunca perdido.
Sí, desde entonces, desde aquel primer día, lo supe; como luego he sabido que sin verte, aunque fuese poco, nunca más he vuelto a sentir -con certeza- algo de felicidad y sosiego...
Y ya sabes, este mar de enfrente siempre me lleva a ti...


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Comentarios