Amo esta tierra profundamente, como se ama lo que se añora y se persigue; como se desea lo que no se posee...
Mañana volveré al Sur. De allí soy; y allí me debo. Y aunque siempre es grato regresar a donde uno debe estar, los calores del estío del sur, su paisaje seco y cruel, adormecido y desganado por el tormento del sol excesivo de agosto, producen en mi alma un resquemor que me atormenta y me impide disfrutar de estas mis últimas horas por las tierras que siempre deseo estar...
"Es la hora de partir, ¡oh abandonado!"
(P. Neruda)
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