Así éramos entonces.
Cuando tu mirada bastaba para hallarme; o cuando la vida te llevaba a mi encuentro:
como yo no era sin ti, también te buscaba con anhelo.
Así eran entonces nuestros deseos: inseguros como un frío.
Como cuando las tardes venían aceleradas y los amaneceres se nos iban lentos;
o cuando la noche traía ojos desamparados.
Así éramos entonces;
cuando buscábamos los abrazos que no nos dimos...
Gracias por compartirlo!
ResponderEliminarAyudará a que nazcan esos abrazos dubitativos ....
Gracias por compartirlo!
ResponderEliminarAyudará a que nazcan esos abrazos dubitativos ....