viernes, 14 de noviembre de 2008

ESPERANDO UNA RECTIFICACIÓN INTELECTUAL Y MORAL

Si no fuera porque lo vemos a diario en las ciudades (los comercios vacíos, y esto no ha hecho más que empezar a notarse, según dicen ahora los que entonces reclamaban menos estado y menos regulación), nadie pudiera creerse que empezamos una recesión económica que pasará a la historia. Sobre todo, a la historia de los despropósitos humanos.
Y es que hasta ayer, hasta hace escasos meses, se nos decía que vivíamos en un mundo feliz; que éramos unos afortunados gracias al sistema que no sólo creaba riqueza sino que ésta llegaba a la mayoría...
Como nunca participé de tal mentira (sólo era cuestión de tiempo su desmoronamiento), llegué a sentir acusaciones continuas de pesimismo, de agorero y de ajeno a la realidad. Unas acusaciones que indudablemente me hacían mella: ¡tan equivocado estaré!, me preguntaba.
Nuncanojamás imaginé que llevaría tanta razón como la realidad nos está descubriendo. Y echo en falta en muchos de aquellos voceros de aquel mundo maravilloso una rectificación, por pequeña que sea: ¡qué menos que una declaración de equivocación, de error! Sólo espero que reconozcan que los que como yo veníamos denunciando tanta feechoría, tanta mentira, no éramos tan pesimistas como decían; ni tan agoreros; ni tan ajenos a la realidad.
Todo lo contrario: la información no sólo me hizo siempre infeliz; también me inclinó hacia cierta melancolía que muchos sólo veían como una forma de pesimismo, cuando la melancolía es sólo un fervor caído, no un solado de amargura...
Los que pasaban por optimistas, los que se decían realistas y proclamaban que el mundo no había estado nunca mejor como en la actualidad, deberían reconocer que no sólo estaban equivocados y también mal informados, sino que les hicieron el juego a los golfos, a los canallas, a los que han arruinado una vez más a tantas y tantas pobres gentes del mundo... Y sobre todo, han contribuido al hundimiento moral de tener encima que salvar a aquellos desvergonzados poderosos con riqueza colectiva, para así, dicen, salvarnos a todos de algo peor...

Hasta ayer, hasta hace escasos meses, se nos decía que vivíamos en un mundo feliz;

¡Qué asco de mundo el que tilda de agorero a aquellos que denuncian sus maldades!...
¡Y sus mentiras!...

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Comentarios