Esta mañana escribía esto:
Sostengo desde muy joven que es el sistema el corrupto... La desigualdad social, la riqueza física como la riqueza rey de nuestras sociedades, la supervivencia entre tanta golfería y maldad humanas, etc, no nos puede hacer utópicos...
El mundo de ayer y de hoy es un mundo todo él corrupto de raíz y por su incapacidad hasta la fecha de solucionar sus profundos y enraizados problemas de desigualdad entre los más desiguales y de la avaricia de los más poderosos...
Esta realidad produce listillos que se apuntan a la pillería creada entre tanta golfería colectiva y así acceden a puestos de responsabilidad desde donde llevar a cabo sus objetivos, objetivos que no son otros que aprovecharse de esta realidad sustentada en la picaresca y la falta de solidaridad que debieran ser combatidos por todo servidor de lo público a través del sistema menos malo de todos: la democracia...
Lo lamentable es que tras casi 50 años de democracia en España los grandes partidos políticos sigan a la gresca con el y tú más e incapacitados de pasar página y comprometerse a que el pasado no se repita... ¿Cómo?: no olvidando sus impresentables casos de corrupción política y decencia personal de muchos de sus reconocibles dirigentes...
Ya va siendo hora de un gran pacto anticorrupción que quizá no acabe con ella (reitero: el corrupto es el sistema), pero que al menos ponga difícil que aquellos que acceden al poder político no metan más la mano y si lo hacen se sea resolutivo en vez de acusaciones de unos a otros...
Muchos me acusarán de equidistante; nunca lo he sido, y todo aquel que así me defina debe tener claro que de tanto tomar partido se puede llegar a perder la honestidad intelectual necesaria para poder criticar a los demás...
Sí, el sistema es el corrupto y es humano corromperse; lo inadmisible es acceder al poder político para corromperse con una cierta protección colectiva de apoyo popular, en vez de denunciar la corrupción tanto individual como colectiva...
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