A veces, demasiadas veces, siento que todo fue una gran mentira sustentada bajo una superestructura de propaganda y falsas verdades...
La mentira de los que se dicen liberales y que sólo han llegado a ser ladrones de mucha monta, consentidos y financiados por poderosos en sombras y por sus voceros que llaman prensa, y que al fin -y al cabo- robaban más que sus hacedores a sueldo...
Son ya muchos los años que venimos quejándonos de este sinsentido de mundo en su ilimitada vocación de acumular bienes y servicios como sola riqueza creyendo ilimitados los recursos naturales y que crea más desigualdades a través de sus falsas globalizaciones...
Sí. Todo fue una gran mentira... Empobrecidos, pues, leyendo a Tabucchi en este homenaje a la ciudad que tanto amó y donde está enterrado (Lisboa), bebamos...
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