lunes, 8 de enero de 2024

SE ACABÓ!!!...

Ya parece que voy recuperando el tono, ese estado acostumbrado ya de mi mala salud de hierro... Ya las toses son más distanciadas y apenas dolor muscular... Pero fueron días aciagos y donde las afueras no ayudaron a llevarlos: la Navidad siempre me fue dolosa, ajena, extraña y temerosa...
Hoy, dicen, ha acabado aquel tiempo extraño de los encuentros familiares obligados. Pero parece que no ha acabado el comercial del consumismo desaforado: ha comenzado el tiempo de lo que llaman rebajas y el tiempo de lo que en Málaga -y mucha Andalucía- llamamos "descambiar" (¿cambiar dos veces?, pues descambiar es "deshacer un cambio")...
Pareciera que no terminamos de entender que así no se puede seguir en el mundo, como este consumismo absurdo, acumulativo de excesos de todo tipo en el que estamos instalados, y, "para más inri", llegan las navidades que suponemos un tiempo más humano, más de lo otro importante, y seguimos acumulando ropa, objetos, que hasta tenemos repetidos por cien veces!!!...
No sólo por exigencias evidentes de lo que llamamos el cambio climático, sino por coherencia humana y solidaridad moral, el mundo occidental no puede seguir así... Es verdad que la reivindicación de la conciencia del cambio climático es un síntoma de sociedades ricas, acomodadas y satisfechas en bienes y servicios básicos; que le pregunten al más de medio mundo pobre que tiene que dejar de consumir recursos naturales cuando lo que tiene es hambre de pan y ropa habitando una chabola de trapos en medios de la nada... Sí, la conciencia de cambio nace del exceso; quien no tiene ni siquiera acceso al exceso, ¿qué va a querer cambiar sino el poder tener acceso a lo que otros tienen?... ¿Acaso occidente aún desconoce que la desigualdad del reparto de la riqueza mundial, con la globalización del comercio mundial y la excesiva explotación de recursos naturales contaminantes es el verdadero problema de la humanidad y el factor que genera todos los conflictos y sus consecuencias (hambrunas, guerras, migraciones, epidemias, cambio climático, etc...), y que, por tanto, es la prioridad en resolver en este milenio?...
Mientras tanto, prosigue el triunfo del egoísmo, la insolidaridad y la egolatría, eso tan presente en esta sociedad postmoderna carente de ideología y compromisos en grandes capas sociales y germen de la deriva reaccionaria y populista en la que se encuentra peligrosamente el mundo occidental de hoy...
Me temo que la mayoría de la población del mundo occidental de la tierra toda desconoce la realidad o no quiere conocerla mirando para otro lado, sabedor de que es el gran culpable de aquella misma realidad... Como también me temo que hace oídos sordos a las tendencias del pensamiento económico más avanzado en respuesta a esta realidad: el PIB de la economía ya no debe ser el indicar por excelencia del bienestar de una sociedad... Ya ha pasado el tiempo de la ilusión y toca el tiempo de la verdad...
En la responsabilidad de nuestros dirigentes políticos, económicos y sociales, con una ciudadanía responsable, informada y crítica detrás, estará o no la luz en esta incierta penumbra con la que se ha iniciado este nuevo milenio sobre el mundo...

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