Decía el aristotélico Teofrasto que "el tiempo es la cosa más valiosa que una persona puede gastar"... Y dijo Caballero Bonald que "somos el tiempo que nos queda"...
Sí, sólo somos tiempo, ese impostor que nos trajo al mundo cuando quiso y cuando quiera nos quitará de en medio en aquella extraña alianza que tiene desde el origen con el azar y la muerte...
Por eso nunca he sido ni seré nacionalista ni entenderé qué es eso de serlo; como tampoco entiendo que uno no pueda elegir dónde vivir en el mundo, salvo unos escasos potentados que se lo pueden permitir, siendo precisamente aquellos que se lo pueden permitir los primeros en poner barreras para que otros no hagan lo mismo, aquellos que no eligen el lugar sino que lo persiguen huyendo de la miseria y/o de la guerra y el hambre...
Hace ya mucho años vine al mundo; como he dicho en diversas ocasiones, este mundo no me gustó; y desde entonces nunca entendí a los conservadores: ¿qué conservar si todo el mundo que vi era gris, siniestro, muy desigualdad y repleto de miseria y silencios de derrotas, o de triunfos amargos llenos de sangre y melancolía?...
Al cabo, con el uso y abuso de la razón acabé tomando partido hasta mancharme: la utopía no sirve para mucho, pero como nos dijo el uruguayo Galeano, "la utopía nos sirve para enseñarnos el camino por donde caminar"...
Y así he andado muchos caminos, aquellos que quise y pude al fin transitar... Y heme aquí, derrotado en gran parte ya, sí; y escéptico, de manera inevitable... Pero vivo, inquieto y con ganas aún de dar la lata siempre que se me permita y no me lo reproche la afición: gracias a todos por aguantarme!!!...
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