"Toda la vida es un ayer
y todo encuentro es una pérdida
(J. CORTÁZAR)
Los apátridas, los que hemos vivido gran parte de nuestras vidas en distintos lugares, los idos y vueltos, dejamos muchas cosas en el camino; sobre todo, afectos… Sí, los apátridas acabamos no teniendo referencias, salvo en la memoria o en el olvido. Y así, vivir tantos años fuera de Málaga, regresar a su costa, en una urbanización, llegar al fin a residir en la ciudad del paraíso cuando al pronto llegó la Covid y el aislamiento, y, al cabo, tras aquella trágica pandemia, una ciudad tan llena de "guiris" me hace parecer extraño y el desarraigo se hace más presente; como lejos de toda antigua referencia…
En verdad, pronto los amigos de entonces los he ido recuperando, aunque ya no somos los mismos: familias y amistades propias conforman sus/nuestros días… Y aunque es verdad que como dijo Cortázar “toda vida es un ayer”, para alguien como yo que pasó la madurez de su vida (casi 30 años) fuera de la ciudad de entonces, pues eso, aquel ayer ya parece no existir… Como una vida acabada sin ayer; es decir, una no vida…
Es verdad que desde muy pequeño supe que el hombre está solo en el mundo; y que lo que lo rodea es como un consuelo que no acaba nunca con aquella soledad, sino que la amortigua y la hace más humana… Y, al cabo, ya lo dijo el poeta:
“...Llega el tiempo de no esperar a nadie.
Pasa el amor, fugaz y silencioso
como en la lejanía un tren nocturno.
No queda nadie. Es hora de volver
al desolado reino del absurdo,
a sentirse culpable, al vulgar miedo
de perder lo que estaba, ya, perdido.”
(J.MARGARIT)
Afortunadamente, y a pesar de agoreros sobre la bondad de las nuevas tecnologías, gracias a las redes sociales he recuperado a mi familia de Sevilla (la familia de sangre no la elige uno; la de la amistad, sí); algunos miembros importantes de aquella mi familia sevillana ya se han ido, en lejanía y en silencio para mi derrota, pero aún permanece gran parte de aquella mi familia sevillana… También ellos saben de lo que hablo… Y así nos lo dijo también el poeta:
“...Quiero deciros cómo trajimos
nuestras vidas aquí, para contarlas.
Largamente, los unos con los otros
en el rincón hablamos, tantos meses!
que nos sabemos bien, y en el recuerdo
el júbilo es igual a la tristeza.
Para nosotros el dolor es tierno.
¡Ay el tiempo! Ya todo se comprende.”
(J. GIL de BIEDMA)
Sí, hablo del tiempo, eso que somos y eso que nos queda en la memoria o en el olvido y el que nos quedará aún por vivir, si nos dejan…
Ayer, ya la vida atrás, quedaron muchas felicitaciones y deseos de paz en el mundo. Como buen escéptico que soy (el escepticismo es un humanismo), en unos días todo volverá a la vida real y a sus fracasos, al hombre solo que nos lleva y al sálvese quien pueda de la mentira, la maldad, la fullería... y la muerte, lo otro, la nada…
Pero mientras tanto, y esperando el Concierto de Año Nuevo desde Viena -quizás lo único hermoso cada año de la Navidad- Julio Cortázar y yo os deseamos una vez más un “happy new year”:
HAPPY NEW YEAR
Mira, no pido mucho,
solamente tu mano, tenerla
como un sapito que duerme así contento.
Necesito esa puerta que me dabas
para entrar a tu mundo, ese trocito
de azúcar verde, de redondo alegre.
¿No me prestas tu mano en esta noche
de fin de año de lechuzas roncas?
No puedes, por razones técnicas.
Entonces la tramo en el aire, urdiendo cada dedo,
el durazno sedoso de la palma
y el dorso, ese país de azules árboles.
Así la tomo y la sostengo,
como si de ello dependiera
muchísimo del mundo,
la sucesión de las cuatro estaciones,
el canto de los gallos, el amor de los hombres.
(Julio CORTÁZAR)
Un abrazo grande para todos…
CUANDO los días... [Lo que me queda de mis días: diario de un escéptico]
lunes, 8 de enero de 2024
HAPPY NEW YEAR...
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