Este poema siempre me sobrecoge...
Y me traslada a un jardín y a aquel patio antes del pasadizo; un jardín que por entonces parecía inmenso; como inmensas las horas en él pensando que todo, al final de todo, mayor sería la dicha de las afueras sin tantas anginas y tantos dolores de garganta...
Ha pasado el tiempo y la dicha sólo estaba allí, cuando aquel jardín -y aquel patio, aquel pasadizo y su escalera de caracol donde mis números circenses, o las columnas de hierro forjado que gateaba y sostenía el balcón terraza del dormitorio principal, aquel que daba al jardín en modo pérgola- era todo nuestro mundo...
"DE niño, muchas veces
me acompañabas. Tenías
tus rincones, tus tiempos.
Todo era hermoso. Íbamos
a jugar. Otros niños
venían, y eran gritos
en el jardín, colgados
sobre las flores; era
como un festón de júbilo
sobre la casa. Luego,
de pronto, sin saberlo,
nos cogía la garganta
y oscurecía el patio
igual que ahora. Aún
no acerté con el nombre,
pero sí con las manos,
duras, en la garganta."
José Antonio MUÑOZ ROJAS
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Foto: con mis hermanos mellizos
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