jueves, 14 de mayo de 2009

SOY DEL SUR...

1 DE MAYO

Pronto, muy pronto, partiré para el Sur, por donde fui, por donde he sido y por donde siempre ya seré: uno es de donde aprende los primeros pasos de vida y los primeros roces; uno es donde siente los primeros aires y de donde recibe los más hermosos y certeros sentimientos.
Sí, pronto, muy pronto, dejaré estas tierras, por donde soy feliz y a donde quiero siempre regresar... Porque si bien uno es de donde lo primero, también uno es de donde, a pesar de lo último, siente como aquel primer tiempo que se nos abría la vida de par en par, para nuestro asombro y para nuestro gozo...
Y porque aquí, en Galicia, en esta parte de las Españas, por donde se desparrama cierta ternura, por aquí, sigo oyendo crecer la vida...

2 DE MAYO

Soleado día de mayo. Primaveral Galicia de la despedida...
Pazo La Buzaca. Moraña. Pontevedra. Hospedería. Ruticae. Relais du Silence.
Siglo XVI. Pazo con capilla. Hospedería. Comm´il faut. Piedraa. Boj.
Prados verdes; árboles frutales. Pérgolas de madera; de parras, de
barro. Maderas nobles; piedras antiguas. Materiale duros ennoblecidos
por la mano del hombre.
En el corazón de Galicia existe este lugar cercano al paraíso. Ríos y
valles. Pazos, y la historia de una memoria colectiva...
Relojes antiguos, de pared; arboledas densas. Bancos y pérgolas.
Ovejas. Piscina y manjares. Vinos, cervezas, quesos...
Penumbras todas; estancias y chimeneas. Comedores privados: ausencias.
Y libros de visitas: reliquias todas.
Y Camelias rosas y blancas como la inocencia.
Y la vida creciendo alrededor...

5 DE MAYO

Playas (Lourido, Cesantes). Castillos (Castelo de Soutomaior). 
Jardines de arboleda hermosamente extraña, elevada, verde o amarilla. 
Arboles caídos. Es el arte de la naturaleza cuando la naturaleza imita al arte 
Fuentes y manantiales sobre la ría de Vigo. 
Es un homenaje a los sentidos en esta tierra prodigiosa llamada Galicia.

Y navajas y calamares del mar siempre cercano...

6 DE MAYO

1.168 Km. 9, 50 horas. Tres cafés; dos coca-colas. Un pincho de tortilla. Un donuts.
Hace unas horas que llegué al sur. Atravesar las Españas en un día soleado es un placer y una experiencia únicos.
Cansado, aunque llega un momento que de cansado ya no notas el cansancio; eso sí, responsablemente disciplinado: cada dos horas, parada en gasolineras y bares de carretera: para descansar y estirar las piernas.
Los paisajes de España son tan distintos como sus territorios. Y si emocionan las llanuras de las Castillas, la Sierra de Guadarrama, aún nevada en parte, sobrecoge. Y al atravesarla por el soberbio túnel de peaje, al fondo, de pronto, aparece Madrid... 
Y al llegar a Granada, tras las tierras duras de Jaén, la enorme y contundente Sierra (aún) Nevada presidiendo la ciudad de la belleza y de la muerte, te recuerda que siempre llevamos a Granada en el corazón. 
Y te emociona verla debajo de aquel bellísimo manto blanco presidiendo su hermosura...

7 DE MAYO

Ayer regresé al sur, ese lugar que no sabemos qué o cuánto supone en nuestras vidas para los que no creemos en la patria. Pero sí sabemos que es un lugar que al llegar nos convierte en seres más seguros, en persona más sosegada... Acaso el olor, ese enorme pozo de la memoria; acaso la luz, ese inmenso claror de los cielos del sur...
O acaso, quizá, una mirada, unos ojos, atónitos y sobrecogidos, ante la enorme hermosura calma de la tierra que nos vio nacer, y a donde ya para siempre queremos regresar... 
Acaso eso sea la patria...

13 DE MAYO

Hoy estuve en Marbella: la ciudad que tan hermosa es en este tiempo, pronto, demasiado pronto, se abarrotará de ordinariez, fealdad y horteridad, amén de inhumana en términos de paseos y temperaturas...
De regreso, pasé por la FNAC, ese espacio tan francés como necesario para algunos: tecnología, libros, música... 
Compré libros: uno de marketing, otro de arte y el último de inglés.

14 DE MAYO

Pronto, muy pronto, volveré a la ciudad donde habita el olvido; el de Cernuda, el de Machado; el mío. 
Allí fui feliz, allí nacieron. Pero allí, también, fuimos desdichados...
Son los perfiles del aire; son infancias recordando un patio de Sevilla; son los aledaños de San Isidoro, de la Alfalfa, de la Giralda... Y son las traiciones, esa forma que tienen ciertos humanos de rechazar la brillantez ajena... 
Y son, afortunadamente, los olvidos: olvidar no es desalojar lo vivido; es no darle espacio en la memoria. Para sobrevivir, para engrandecer el alma...

Pronto, demasiado pronto, volveré a mi otra vida, aquella que creí sobrepasada y que, por desgracia, no era cierto.


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