martes, 10 de febrero de 2009

NOTAS AL MARGEN...

EN EL DIA DE SAN BLAS

Sigue este invierno crudo mostrando su fortaleza. Sólo me queda la esperanza de una primavera explosiva en flores, olores y verdes. 
Mientras tanto, el dia no cesa de llover, ventear, revolotear e impedir un mínimo de sosiego: desde siempre me asustó el agua en sus excesos; las lluvias torrenciales; y los mares inmensos y escarpados. También los vientos imposibles, y las tormentas tenebrosas. Sí, desde siempre tuve miedo a las cosas de la tierra, a las cosas del mundo, a las cosas de los hombres, y a las cosas de la vida...
Y cuando el miedo me atrapa, como cuando aquellos años de la oscuridad y los silencios, sólo el amparo entonces -y el ejemplo hoy- de mis mayores, los de aquellos entonces, me consuela. Y de entre todos aquellos mis mayores, hubo uno, el tío Blas, al que cada año, por estas fechas, honro en agradecimentos a tanta protección y ternura que desparramó por entre todos nosotros, sus sobrinos...
Sigue este invierno crudo mostrando su fortaleza. Sólo me queda la esperanza de una primavera explosiva en flores, olores y verdes, como el consuelo de mis mayores, aquellos que siempre llevo presente en mi memoria.

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