Anteayer fui al "Mercadona" de Boiro... Llovía y venteaba a mares como el de enfrente que lo sostiene...
Al pasar por caja le dije a la señora que me atendía que qué barbaridad de tiempo!!!... Al oír mi acento me dijo:
-¡Pero cómo se le ocurre venirse del Sur estos días con las procesiones y el clima de allí!!!...
-Mire, le dije; si usted hubiese vivido treinta años en Sevilla oyendo hasta las 4 de la madrugada tambores como en Calanda, me temo que usted estaría aquí hoy comprando en el "Mercadona" de Boiro...
Mientras me cobraba se partía de la risa... Y desde lejos le seguí haciendo gestos con las manos y la boca:
-¡Horroroso, señorita, horroroso!!!, le decía gesticulando la boca y las manos mientras me alejaba... No vaya nunca, le dije!!!... Y seguía partiéndose de la risa...
Cargué coche y me fui a tomar el aperitivo; pero al pronto la ventolera me obligó a recogerme... Estoy convencido de que la señorita de "Mercadona" se lo ha contado a medio Boiro... Y menos mal que no le conté que tenía un mayordomo que era el encargado de hacer las compras...
Pobre Rogelio, estará que trina por no haber venido...
La que me espera a la vuelta, en junio... Jó!
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