DE LA VANIDAD

A ver, 'sin acritú', como diría quien me sé...

Comprendo -y sé- de la vanidad y soberbia de todo creador al hacerse autobombo y publicidad de sus grandezas como artista, una vanidad y soberbia autocontemplativas y, las más, ridículas. Y las sé y las comprendo mejor para con el creador joven, necesitado de plataformas que lo hagan notorio... 

Pero de creadores que ya tienen una edad, una experiencia y un recorrido, no sólo no alcanzo a comprender sino que me parecen bochornosamente ridículas...

En cualquier caso, las glosas deben hacerla siempre los otros, no uno mismo, por aquello de la elegancia, la estética, la educación e incluso por una incierta y falsa, modestia...

Y es que en la vida alguna vez llega la edad de la prudencia y, sobre todo, de la sapiencia, edades que algunos parecen nunca alcanzar desde su infinita inmadurez: aún no saben que los cementerios están llenos de imprescindibles creadores infinitamente mejores que aquellos soberbios vanidosos...