viernes, 26 de marzo de 2021

OTRO VIERNES DE DOLORES...

Todo en mí fue de repente...
De repente me vi adulto y de repente esta mesa en la que escribo...
Todo es de repente: hasta tu muerte fue de repente.
Desde entonces, desde aquel año 2000, de repente, ya no hay Viernes de Dolores: todos se fueron contigo…
De repente.
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P.D. Mi madre, 'Doña Lola', se llamaba Dolores. El pasado octubre hizo 20 años de su muerte. Pertenecía a aquella generación de españoles que, aun habiendo tenido la suerte de nacer en una familia acomodada, sufrió mucho. La vida, por entonces, no era vida: era silencio, derrota, tristeza, hambre y muerte… Y las mujeres de entonces se dedicaron por entero a sus hijos, para que nunca más volviera el espanto; a cambio, vejaciones, falta de ternura y de reconocimiento de sus derechos como seres humanos; fueron ceros a la izquierda en una España siniestra y cruel… Pero fueron, al mismo tiempo, las únicas con coraje para sacar a este país adelante; sobre todo las que enviudaron pronto o vivieron separaciones imposibles de divorcios donde rehacer sus vidas...
A pesar de todo y de tanto horror y de otras tragedias familiares que no vienen al caso, mi madre, Doña Lola, como era conocida en el pueblo, tenía un enorme sentido del humor y se reía de su sombra, quizás como la única respuesta y esperanza ante tanta desdicha.
Sí, mi madre formó parte de aquella generación que siendo adolescente y joven vivió la guerra, la incivil, la que no entendía por qué se mataban entre sí los españoles; aquella guerra en nuestra memoria y que muchos quieren enterrar para repetirla en su olvido. Una generación que sobrevivió a aquella locura de la guerra y que tuvo que vivir también una siniestra posguerra y una larga dictadura; una generación que tendrá siempre mi afecto, mi admiración y mi consideración, una generación irrepetible llena de ternura, la que nunca recibieron para darla…
Mi madre se llamaba Dolores. Hoy hace ya 20 años de aquellos Viernes de Dolores; unos viernes que eran muy grandes en la Casa de Doña Lola de Coín…
Madre, no hay día que no te recuerde; entre otras cosas he heredado de ti el no parar de estornudar cada mañana al despertar; esos estornudos que se hacían eternos y que acababas hasta riéndote de su inagotable constancia; un día conté los míos: hasta más de veinte estornudos tuve un día… Y como tú, acabé riéndome solo sentado en la cama...
¡
Felicidades
mamá!. Ah!, y decirte que ya tienes 14 biznietos!!!
Y
felicidades
para todas las Lolas y Dolores de mi vida.
……………...
“…¡Los muertos! Los muertos que me amaron en mi infancia. Cuando los evoco, toda el alma se me enfría y me siento desterrado de los corazones, solo en la noche de mí mismo, llorando como un mendigo el silencio cerrado de todas las puertas”
F. PESSOA (Libro del desasosiego. Edición de Jerónimo Pizarro. Pre-Textos. Valencia. 2014)
……………..
“…Me has dado tantas cosas y son tantos los años y los recuerdos…
…Aquí estamos hablando los dos, et tout le reste est littérature, como escribió, con excelente literatura, Verlaine.”
J.L. BORGES (A Leonor Acevedo de Borges (su madre). Fragmento de la dedicatoria de su libro Obra Poética 1923-1977. Alianza Tres. Madrid 1983)
Foto: Mis padres. Mi madre.



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