sábado, 20 de marzo de 2021

NUESTRO ÚNICO TESTIGO...

En los años de aprendizaje y última juventud me fui reconciliando con el mundo; empecé a conocer su historia y leía ya a los poetas y pensadores fundamentales para metodizar el proceso con el que obtener mi relato del mundo, más allá de las mentiras de los fanatismos religiosos...
Reconozco que en aquellos años me creí dichoso y en mi soledad me fascinaba sentir y gozar de momentos únicos y ya para siempre míos... Y me creí el único ser humano capaz de emocionarme con el más mínimo detalle; desde una flor lánguida a un matorral triste como un adiós...
Al cabo supe con cierta tranquilidad (nunca he soportado ser distante y diferente del resto, aunque lo practique como refugio) que los grandes poetas, pintores, músicos, arquitectos, cineastas y artistas todos habían descubierto mucho antes que yo que sólo somos emociones, sentimientos y el tiempo en que vivimos aquellos instantes ya para siempre únicos y nuestros...
Y también supe pronto que sólo la memoria sería ya nuestro eterno testigo...



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