jueves, 22 de octubre de 2020

AYER NO FUE UN BUEN DÍA...

22 de octubre 

No fue un buen día. Vino la muerte y tenía sus ojos... Temprano supe del desenlace al fin; no era sorpresa, era una urgencia: ya había sufrido demasiado y todos deseábamos que no sufriese más. Y al fin hubo compasión... 

Qué cosa la vida!!! En un segundo pasas de estar en ella a estar en la nada que siempre vemos como lejana y ajena...

Y durante este extraño día los españoles hemos sido una vez más víctimas de la cólera de los imbéciles, que diría Emilio Lledó. No he seguido la surrealista mal llamada Moción de Censura del impresentable Sr Abascal: ni tenía ánimos ni interés alguno. Una moción de censura supone exponer un programa de Gobierno alternativo, no subirse a la tribuna del parlamento para denigrar la democracia, insultar y echar en cara al Gobierno de la Nación lo que dice que debió hacer y no hizo. La democracia española es tan débil e inexperta que confunde una moción de censura hacia el Gobierno por parte de la oposición, con una de confianza que plantea el Gobierno ante una situación de atolladero y zancadillas... Pero el susodicho ha tenido sus minutos de tinieblas para enseñarnos su peor cara, la del odio y la revancha de alguien que jamas ha pegado un sello con pelotas alrededor del poder político... 
¿Para cuándo líderes con un mínino de rigor?

Lo poco que he podido ver en resúmenes me ratifica en mis críticas: la vida política española es irrespirable. Mientras la gente se muere de vida o de hambre nuestros dirigentes políticos se dedican al insulto, a las payasadas, al circo del parlamento más crispado de la democracia desde la transición.  Un circo, unos insultos, una crispación que ha alcanzado a los ciudadanos... Tanto, que ya no se puede comentar nada, no vaya a ser que alguien cercano acabe dándote el día o la noche... 
Precisamente cuando más falta hace la unidad política, el consenso parlamentario y la solidaridad social...

Al cabo, uno queda perplejo viendo a una pandilla de mediocres —salvo excepciones— creyéndose salvadores del mundo o desnudando su poca solvencia intelectual y moral ante toda la ciudadanía que asiste atónita a este indecente y amoral espectáculo de nuestra España en el espacio público... ¿Qué se salva de aquel espacio público tan denigrado y triste? 

Nada... 
Sólo espero que los ciudadanos tomemos nota; pero no, no espero esto tampoco: ya tenemos muestras del pasado... Y es que España no soporta a los españoles, esa tragedia de una tierra tan hermosa ocupada, en sus liderazgos, por energúmenos fanfarrones que se creen dioses de la nada... Y si los dioses del pasado eran ejemplares, los dioses de la nada de estos indocumentados y vanidosos personajillos son demonios disfrazados de corderos... 

Y ojo, su padre —y a su pesar— salvó la institución con gestos que le fueron reconocidos. Pero el hijo debe ganarse lo heredado: el Rey Felipe VI tiene que tomar decisiones. La primera, soltar lastre: es el Rey de todos, no sólo de la derechona regresada de Umbral pero sin clase ni categoría política alguna. Y la segunda, convocar a los líderes del PP y del PSOE y llamar al consenso y al abandono del circo... 
No estaría tampoco de más que los expresidentes de los distintos Gobiernos de España colaborasen a calmar y a
asesorar a sus herederos políticos, por el bien de España y de todos los españoles en uno de los momentos más delicados de su historia reciente....

No, no fue un día para recordar, salvo que al menos nuestro Currillo ya descansa en paz...

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