domingo, 13 de septiembre de 2020

RECETAS EFICACES

Cuando me encuentro contrariado -normalmente es mi estado natural ante este espantoso mundo-, aunque sea por una nimiedad (las pequeñas cosas me hacen mella siempre), necesito recuperarme pronto, so pena de acabar sumido en una profunda tristeza y/o desesperanza…
Hoy no fue un gran día, ciertamente… Entre muertes recientes de amigos y noticias desagradables de familia, pues eso, uno ya no asume tanto la vida como viene y al cabo, yo, que nunca fui de piedra, todo me afecta y contraría…
Y este calor que, aunque algo remite, no termina de dejarnos en paz, tampoco ayuda en mi estado de ánimo… En fin…
Afortunadamente, tengo recetas trabajadas y experimentadas… Y así, cuando me encuentro como me encuentro busco guaridas, las más mías, esas mis cosas que forman parte de mi cura espiritual cuando me lleno de melancolía y me cuesta salir de ese círculo vicioso de la contrariedad… Y de entre aquellas recetas mías está la música, el arte, la literatura, y todo aquel mundo de los creadores de belleza para mi consuelo y bienestar… Ese don de los prodigiosos que me ha acompañado siempre y que siempre viene al rescate de mi vida…
Y eran las 20,10 horas cuando salí a mi jardín del balcón; me puse una copa de Oporto White y unas aceitunas ‘chupadedos’… Abrí el portátil y busqué a Mahler. Y al fin (la tenía guardada) encontré su Sinfonía nº 2, ‘RESURRECCIÓN’, en versión de la Orquesta del Festival de Lucerna, dirigida por Claudio Abbado, con Eteri Gvazava como soprano, Anna Larsson como mezzo-soprano y el Orfeón Donostiarra dirigido por José Antonio Sainz Alfaro…
Como era de esperar, ha sido la mejor medicina… Tanta que he acabado emocionado hasta el llanto, el sudor, y una especie de temblor ante tanta belleza y tan noble hermosura; sobre todo en el final de la obra, obra que dejo aquí para compartirla y para que la disfrutéis como yo acabo de hacerlo…
Sí, estas son las consecuencias -en forma de manifestaciones- de mi contento y bienestar cuando, al fin, me trasciendo de tanto lodazal y mediocridad como la de este mundo que me rodea y vivo…



No hay comentarios:

Publicar un comentario

Comentarios