viernes, 4 de septiembre de 2020

ESPAÑA TRAS LA COVID

Tras los meses que llevamos con la pandemia de la Covid a cuestas una cosa está clara: el actual modelo administrativo político del título octavo de la Constitución necesita de una clara y manifiesta mejora e ir caminando hacia un Estado Federal, en el que en algunas competencias la administración central tenga más capacidad de coordinación y mando, y otras necesitan de mayor grado de corresponsabilidad y lealtad en la coordinación…
Lamentable ha sido el comportamiento de las Comunidades Autónomas en las que gobiernan el PP y Ciudadanos con el apoyo de VOX: sólo han buscado desgastar al Gobierno de España desde la deslealtad y con la Covid y su gestión como vehículo de crítica, cuando desde el primer momento la sociedad española ha exigido de las distintas administraciones altura de miras, coordinación y todos a una.
Del mismo modo, las Comunidades gobernadas por los nacionalistas, especialmente, la catalana, han venido a demostrar el oportunismo de sus críticas y la incompetencia en su gestión: produce repugnancia aprovechar esta crisis para sacar tajadas políticas e insistencias en un procés que está acabado y muerto; sí, una incompetencia de todas las comunidades autónomas que desde que obtuvieron lo que querían, el fin del Estado de Alarma (para la historia de la falta de rigor y sentido de Estado quedarán los NO al Estado de Alarma del Sr. Casado, cuando lo suyo hubiese sido ponerse del lado del Gobierno y aparcar las críticas arrimando el hombro, como han hecho países decentes como mi amado Portugal), sólo han sabido echar balones fuera y provocar repuntes de casos poniendo en peligro la salud de todos habiendo privatizado servicios sanitarios y mentido a la población. Sí, han usado la Covid, los miles de muertos, para rascar votos al PSOE  e intentar derribar al Gobierno: ¡hay que ser mezquinos y nefastos líderes políticos para tanto oportunismo tan cruel como impresentable, optando por dejar a España sin Gobierno con tal de ellos sacar tajada!...
Miserables, son ustedes unos miserables…

Pero no queda aquí la cosa; cuando se empiezan a elaborar los Presupuestos del Estado, unos nuevos presupuestos tan necesarios y tan ligados a las ayudas europeas que vendrán, el PP veta al Gobierno porque están en él representantes de una fuerza política con más de tres millones de votos, demostrando una vez más el poco sentido democrático de esta derecha que nos desilusiona siempre en los momentos más inoportunos… No me gusta Podemos, pero tengo que aceptar que tiene detrás el apoyo de más de tres millones de ciudadanos que lo han votado. 
Del mismo modo, se niegan a renovar instituciones que debían haber sido renovadas hace años porque han terminado sus mandatos, pensando que así, sin renovarlas, tienen controladas aquellas instituciones para judicializar la política, o paralizar cualquier acción del Gobierno que no les guste, como ya antes hicieron muchas veces; lo que viene de nuevo a demostrar el nulo sentido democrático de aquella derecha que sigue siendo reaccionaria y pre democrática y que se reclama constitucionalista cuando vulnera constantemente aquella Constitución que muchos de ellos votaron en su día NO… 
Afortunadamente, Ciudadanos ya empieza a desmarcarse de la derecha extrema -cuando debía haber sido el PP- y del populismo oportunista al que lo llevó aquel que se creyó un nuevo Duce… Y así parece que va a dejar de poner zancadillas en esta coyuntura de crisis sanitaria, económica y social de tanta envergadura y empezará a arrimar el hombro (Arrimadas parece que arrimará aquel hombro)… Por cierto, para nota el veto de ERC a Cs… Estos iluminados rufianes que se dicen de izquierdas y son nacionalistas (se me explique), al igual que el PP de los fra-Casados, vetando la voluntad popular… Olé!!! Cuánto demócrata suelto!!!

Lo que quizás no saben estos desalmados es que los españoles han tomado nota; y más temprano que tarde reconocerán que se han equivocado; pero por muy temprano que rectifiquen el daño ya está hecho y puede ser irreparable…

Allá cada cual con su conciencia; pero la experiencia vivida en estos meses de Covid ha demostrado que España necesita una profunda reforma Constitucional sobre el modelo de Estado, que si bien ha funcionado hasta la fecha, en situaciones límites como la actual ha demostrado que deja mucho que desear en cuanto a cooperación, coordinación y corresponsabilidad…

Pónganse pues la pilas, señores líderes de los partidos: se avecina una etapa donde debe imperar el diálogo, el consenso, el acuerdo y las reformas institucionales… Y ojo, los ciudadanos estamos vigilantes y hartos de tanta frivolidad e incompetencia.

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