miércoles, 6 de junio de 2018

EXAMEN DE CONCIENCIA

Es curioso cómo en unos días, horas, puede cambiar la vida de muchos españoles...
¿Quién le iba a decir a los del PP que tan eufóricos como estaban hace unos días tras aprobar los presupuestos, lo que les aseguraba agotar la legislatura, iban a acabar llorando ante la dimisión de Rajoy como líder del PP?
Bastó una sentencia judicial para acabar con años de siniestra corrupción y desaire del poder político hacia la ciudadanía...
En el camino hubo de todo: malas formas de unos y otros; populistas oportunistas que acabaron cayendo en las redes del sistema, estrategias fracasadas y errores de libro...
Desde mi soledad y desde mi honesta visión, y haciendo historia, aposté en su día por Borrell, que al final salió elegido, en contra del criterio del aparato, aunque quizá no fue su momento: afortunadamente el tiempo lo recuperó; luego me asombró ZP, que no contaba, pero maniobras oscuras acabaron con el candidato oficial, al que yo no apoyaba tampoco porque nunca he soportado a los políticos engolados y demagogos lo hizo posible. Y, al cabo, también aposté por Sánchez cuando el aparato y los medios apoyaban a Madina: Los que me leen y me conocen saben que digo la verdad...

Luego vino lo que vino: el No de Podemos a un gobierno de Sánchez (¡cuánto tiempo hemos perdido, eso que no abunda y pronto desaparece!) y las nuevas elecciones castigó a Sánchez y al PSOE en demasía, aunque no hubo sorpasso, eso que buscaba el salvapatrias del posterior ladrillazo...
Y tras ese descalabro y su gestión, cambié mi opinión sobre lo sucedido; quizás no valoré que Sánchez tenía derecho a enrocarse en su derrota, como hacen todos, pero lo creí superior. El colmo fue la batalla que acabó con él en un espectáculo para olvidar y al fin superado... Y aunque el NO es NO acabó siendo un Sí es Sí, desde entonces fui muy crítico con las decisiones que se iban tomando... Sólo veía en el horizonte a un PP que agotaba la legislatura y que se presentaba a los españoles tras un nuevo ciclo expansivo de la economía y una izquierda deprimida y rota...

Pero hete aquí que llegó la sentencia de la Gürtel y mandó parar. Al principio no vi la jugada, pero luego calé al personal: Rajoy no iba a dimitir porque supondría que C’s ganaría las elecciones y los desplazarías como representantes de la derecha española; Sánchez tampoco quería elecciones porque las encuestas no le aseguraban ni el segundo puesto; PNV tampoco las quería por el mismo temor del PP hacia C’s; como tampoco PdeCat por el mal momento que pasan con un Puigdemont huido y un xenófobo en el Palau...

Y al final, el Sánchez que apoyé en su día, aquel que me decepcionó, reconozco que ha hecho una jugada que lo rehabilita; no ya por la moción de censura, que era la única opción que tenía para que no hubiera elecciones, toda vez Rajoy dudaba en tomar la decisión o no, sino por la respuesta tranquila que está dando a este terremoto político y, sobre todo, por la composición del nuevo gobierno de España. Un gobierno que no será duradero, pero que será ejemplar en cómo se puede dignificar la política...

Mi enhorabuena, por tanto, para todos los que han sostenido una esperanza que dejé de tener y que espero haber recuperado.

Sólo intento comprender lo que sucede a mi alrededor para así consolarme y tener algo de esperanzas...

P.D. El Gobierno de Sánchez me parece soberbio; salvo Carmen Calvo (hay razones que no se saben ni se pueden explicar) que no nunca me gustó desde los tiempos en la Junta de Andalucía, me parece un Gobierno que acabará con muchas mentiras sobre los políticos y la política.
Ya sólo espero ver a Puigdemont en España y en la cárcel...
Sólo entonces volveré a ser realmente feliz en este mar de enfrente que me acoge sin solución de continuidad...

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