domingo, 6 de mayo de 2018

DESDE CARIÑO (GALICIA), CON AMOR

Hoy hace ya 25 días que llevo fuera de Málaga... Y parece una eternidad: estar fuera de lo cotidiano parece alargar lo imposible de estirar: el tiempo, eso que somos y seremos al cabo... 25 días, de los cuales, 3 en La Mancha (Valdepeñas), 2 en Segovia, 3 en Llanes y 17 en Cariño, Galicia...
Entre medias, visitas a Almagro, Villanueva de los Infantes, Santander, Ortigueira, Pontevedra, Meaño, Viveiro, Estaca de Bares, O Barqueiro, Espesante, Cabo Ortegal, San Andrés de Teixido, Cerdeira, etc...
Y lo mejor: me ha hecho, hasta la fecha, un tiempo extraordinario. Y aunque viajo solo, he conocido a gente buena, cariñosa, extraordinaria, deseosa de ayudarme en lo que necesite; hasta la señora de la limpieza que tengo en Cariño es un primor!!! Y los lugares donde he comido o tomado el aperitivo, o cenado, sus gentes han sido todas muy amables y encantadoras; y todas dispuestas a ayudarme en hasta lo que no necesite...
Soy de los que sabe que la maldad es humana; que forma parte de su condición y que existe de forma patente a diario en todo el mundo. Lo supe desde muy pequeño, cuando aquellos curas de Málaga nos humillaban con castigos denigrantes por conductas que consideraban fuera de lugar y sólo eran de niños inquietos, como mi caso, nerviosos, impacientes... Sí, he conocido la maldad humana demasiado pronto; pero, afortunadamente, mi madre nos educó en la bondad como método y en la compasión como respuesta ante lo incomprensible... Y, en balances, en esta edad de los sosiegos, he de reconocer que la bondad supera a la maldad; pero no por ello dejo de tener en cuenta que en un momento determinado estalla como este mar que tengo enfrente, hoy calmo, mañana tempestuoso y fiero...
Para mi memoria y mi corazón, más allá de latidos y exclamaciones inesperadas de asombros, me queda de estos días un pozo de hermosura y bienestar que me hacen sentir una cierta felicidad y una sensata complacencia solidaria con lo mejor de la condición humana, cual la solidaridad y la ternura que he sentido durante estos 25 días...
Ya sólo espero seguir así durante el tiempo que me queda, aquel del que ni yo mismo dispongo y que construyo a diario con un esfuerzo: el de inventarme la realidad cada 24 horas...
Sí, vivir es construir una historia; pero a diario tenemos que inventarnos la historia que queremos construir.
Y lo mejor sigue estando por llegar...
Domingo 6 de mayo de 2018.
Desde Cariño, con amor...











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