Los conocí una tarde-noche de aquellos últimos años setenta del pasado siglo en la casa de sus padres. Apenas eran unos niños. Pablo, era el segundo. Por delante, David. Por detrás, Gerardo y Ana. Luego, con los años y mis distancias de Málaga, vino Miguel, el "niño" de Vicme...
Recuerdo que aquel día, antes de irse todos a la cama me dieron un beso uno a uno y me dieron las buenas noches...
Ya había venido la vida en serio, demasiado en serio. Y hubo que sobrevivirse como bien pudimos todos.
Hoy, de nuevo, cuando menos me lo esperaba, la vida ha venido de nuevo en serio, demasiado en serio...
Una querida amiga me lo ha comunicado: Pablo Ballesteros ha fallecido. Sólo tenía 49 años. Luchó hasta el final y todos creímos que su fortaleza sería suficiente, más allá del apoyo y afecto de todos los que lo conocimos. ..
Mi dolor es grande, insoportable, pero incomparable al que deben sentir su padre, mi querido amigo Rafael, y el de sus hermanos...
Mi pesar no basta. Mi solidaridad tampoco. Pero desde esta Galicia que ya me despide sólo puedo contarlo para sobrevivirme en mi rabia y mi derrota...
P.S. Lo siento mucho, queridos Ana, Daniel, Gerardo, Miguel y Rafael Ballesteros... Y siento no poder estar ahora mismo abrazado a todos vosotros. Sé lo que se siente por experiencia propia y ajena. Y sé que nunca se puede saber hasta que sucede la fatalidad.
Besos y abrazos para todos...
Recuerdo que aquel día, antes de irse todos a la cama me dieron un beso uno a uno y me dieron las buenas noches...
Ya había venido la vida en serio, demasiado en serio. Y hubo que sobrevivirse como bien pudimos todos.
Hoy, de nuevo, cuando menos me lo esperaba, la vida ha venido de nuevo en serio, demasiado en serio...
Una querida amiga me lo ha comunicado: Pablo Ballesteros ha fallecido. Sólo tenía 49 años. Luchó hasta el final y todos creímos que su fortaleza sería suficiente, más allá del apoyo y afecto de todos los que lo conocimos. ..
Mi dolor es grande, insoportable, pero incomparable al que deben sentir su padre, mi querido amigo Rafael, y el de sus hermanos...
Mi pesar no basta. Mi solidaridad tampoco. Pero desde esta Galicia que ya me despide sólo puedo contarlo para sobrevivirme en mi rabia y mi derrota...
P.S. Lo siento mucho, queridos Ana, Daniel, Gerardo, Miguel y Rafael Ballesteros... Y siento no poder estar ahora mismo abrazado a todos vosotros. Sé lo que se siente por experiencia propia y ajena. Y sé que nunca se puede saber hasta que sucede la fatalidad.
Besos y abrazos para todos...
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