Definitivo: España sigue siendo un país de porteras, de nuevos ricos y de Ppijos. Y lo que queda de la izquierda social, apoltronada en las instituciones hasta que el temporal aguante.
Y la izquierda intelectual, en el abismo de sus tres últimos especímenes, tras la muerte de Ayala: Vidal-Beneyto, Lledó y Vicenç Navarro.
Es el declive de un país que se creyó aquello de que ya era moderno y rico.
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