sábado, 26 de julio de 2025

A VECES EL MUNDO, NUESTRO MUNDO...

A veces el mundo, nuestro mundo, parece resumido (dos veces sumido) y sustentado en una gran mentira; allí donde abundan en exceso la propaganda y las falsas verdades como las más grandes y eficaces mentiras que todos queremos creer…

A veces el mundo, nuestro mundo, pareciera un páramo de mediocridad que camina hacia una siniestra pasión desconocida, hacia un incierto lugar donde se fija la mirada como un espejismo, en su vocación por la riqueza y la pasión por atesorar; aquella forma de la avaricia que lo lleva como el más triunfante invento de los poderosos que saben arraiga en los falsos optimismos de la modernidad y que nos embaucan en un ramplón circo donde se pavonea la supervivencia egoísta y terriblemente inhumana, que ya lo inunda todo…

A veces en el mundo, nuestro mundo, lo obsceno, la mala educación, la vulgaridad sustentada en aquello de “mi libertad” (como si nuestra libertad fuese ilimitada y sin respetar la de los otros) nos corroe, nos llena de odio y aparece la maldad más cruel en todas sus formas sobre esta Tierra, nuestra tierra, que acabará, más temprano que tarde, con todos nosotros sin solución…

A veces en el mundo, nuestro mundo, se exalta la ignorancia como el gran instrumento para aquellas mentiras, aquella vulgaridad y aquellas obscenas formas del odio y sus miserias… Y todo ello arropado con el afamado CARPE DIEM o con aquel “ande yo caliente” que nos dijo el poeta en ese mirar para y por otro lado…

A veces el mundo, nuestro mundo, donde la muchedumbre de su soledad... 



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