domingo, 2 de marzo de 2025

EN LA CASA BLANCA HAY UN DELINCUENTE...

Me lo preguntaba ayer... ¿Dónde están hoy los Camus, los Zweig, los Tolstói, los existencialistas, los humanistas? El mundo ha entrado en una deriva peligrosa donde neofascistas populistas acceden al poder democráticamente, sí, como lo hizo Hitler...
Pareciera que el olvido es la norma de una actitud vitalista (?) ante el mundo: -me salvo yo y que le den al resto, la nueva moral colectiva...

Hace unos días vimos a Elon Musk -ese hortera multimillonario que nadie ha elegido democráticamente- en el Despacho Oval con una gorra de beisbol y un niño en sus hombros diciendo payasadas mientras el Presidente de los EEUU de América, otrora la más grande democracia del mundo, callado, sentado en la mesa presidencial dando el "plácet" a lo que aquel payaso ordinario y vulgar decía con su obsceno poder económico del que hace gala cada vez que sale... Pero ayer se dio un paso más en aquella deriva neofascista: Trump humilló a Zelenski ante los ojos del mundo mundial... Un hecho y una imagen inaceptables y que, ojo, o Europa toma cartas en el asunto o vamos hacia el abismo todos...

Como escribe hoy en EL PAÍS Andrea Rizzi, "se trata de la brutal constatación del abrupto viraje de EE UU, en la sustancia y en la forma, con respecto a lo que ha sido en los últimos 80 años."
Sí, un viraje abrupto; y muy gráfico de hasta dónde el poder económico ha invadido todas las esferas del poder democrático y lo manipula y mangonea sin pudor alguno ya ante los ojos del mundo, a sabiendas de aquella moral dominante hoy y nada nueva: "ande yo caliente..." del que ya habló Góngora...

Y claro, uno que lleva unos días paseando por París con Albert Camus y María Casares de la mano de mi querida Susana Fortes, o en "Casablanca" con Rick y con Ilsa, pues eso, uno echa de menos a aquellos intelectuales existencialistas, humanistas, que estuvieron en la Resistencia de la Francia ocupada por Hitler y, cómo no, la coherencia de Camus que se enfrentó a Sartre y a todos los que apoyaron a Stalin y miraban para otro lado ante el espanto que estaban viviendo tras la revolución rusa... Y como muestra estas palabras que pronunció Camus en Estocolmo cuando recibió el Premio Nobel:

"Es indudable que cada generación se cree destinada a cambiar el mundo. La mía, sin embargo, sabe que no podrá hacerlo. Pero su tarea es quizá mayor. Consiste en impedir que el mundo se destruya" (Albert Camus)

Pues eso... Pongámonos las pilas... Ya!!!... Luego no valdrá quejarse porque será tarde, muy tarde...