miércoles, 12 de septiembre de 2018

TRES DÍAS DE SEPTIEMBRE

Hay tres días de septiembre en la vida de mi generación que nos han marcado para siempre...
1. El 11 de septiembre de 1973, cuando unos miserables acabaron con la esperanza blanca de América Latina toda; sí, toda, porque de haberse consolidado Allende hoy aquella parte del mundo sería otra...
2. El 11 de septiembre de 2001, aquel día que elevó el terrorismo a categoría de guerra ilegal internacional por mor de unos desalmados que, como siempre, esperaban la oportunidad para retroalimentarse todos...
3. El 6 de septiembre del pasado año, cuando unos golpistas fascistas supremacistas atentaron contra la democracia parlamentaria española y que llevan más de un año ya soliviantando la convivencia de los catalanes, de los españoles y de los europeos...
Muchos ven en el 11-S de 2001, el atentado a las torres gemelas de N.Y., el cambio del mundo de nuestros días... No estoy de acuerdo; el mundo no cambia desde el neolítico; lo que sí sucedió aquel día fue la visualización de que el mundo no era fácil de gobernar porque desde que cayó el muro de Berlín la ausencia de guerras en Europa era una utopía que pronto cayó con la guerra de los Balcanes, aquella atrocidad reciente en el tiempo, aquel espantoso nuevo holocausto, y que todos mirábamos para otro lado, sobre todo los que decían que no iba con nosotros, cuando todo va siempre con nosotros...
También muchos ven en Cataluña un problema menor, sobre el que cabe el diálogo sine die, sin querer ver que pronto en toda Europa empezarán procesos similares; precisamente cuando el mundo más necesita de la solidaridad y de estructuras políticas supranacionales y reguladoras del poder de los poderosos...
Sólo una melancolía muy triste: aún hay gente que dice ser feliz; quizás sea lo mejor, mirar para otro lado, esa forma de egoísmo, de sálvese el que pueda, que conmigo no va... O que la impotencia nos invada y derrote, y tiremos la toalla engañándonos a nosotros mismos... Pero no seremos capaces de mirarnos al espejo, porque el espejo es nuestra alma y nuestra memoria...
P.D. En este día triste (todos los 11 de septiembre de mi vida lo son desde 1973) también el mar de enfrente está triste...


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