miércoles, 4 de septiembre de 2013

NO TENGO ARREGLO

El mayor de mis hermanos varones, a través de un foro familiar en la red, nos ha recordado hoy al tío Ignacio, un hermano menor de mi padre que era muy pintoresco; y he recordado anécdotas que contaba mi madre de su padre, mi abuelo Pepe...

Yo, que he llegado a la conclusión de que sólo soy una mezcla de azar y genética, y que nunca mandé en mí, más allá de determinados antojos livianos (lo fundamental es inamovible y desconocido por incierto: ¡qué tragedia!), nunca he podido soportar la mala educación, la impostura, la vulgaridad, los ruidos, lo excesivo, lo siniestro por rencoroso y tanto feísmo emocional y social que me encontré -casi siempre- por este sur del Sur de mis pasiones y estancias, y que tanto sale a flote por los meses de los calores y las playas... Y he recordado lo que contaba mi madre de su suegro; que era un señor muy educado, y que jamás dejaba de hablar de usted, salvo a su gente; y me contó también, mi madre, que su suegro llegó a dejar a una novia,que tuvo antes de desposar con la abuela Africa, porque le vio una carrera en las medias!!!
Las medias de entonces (los de mi generación saben que las carreras las cosían a mano las costureras y los talleres especializados en ello, y en las casas de entonces, cuando las modistillas; hoy se tiran y se compran otras: modelo Zara, H&M, usar y tirar). Y claro, cuando se rompían y se formaba lo que se llamaba “una carrera en la media” el resultado era de un feísmo espantosamente insoportable, poco sensual y hasta vomitivo; más allá de la sensación de dejadez y de falta de pulcritud como para salir de esa guisa a pasear en un pueblo de los entonces, donde no había televisión ni radio, y donde el ocio era el paisanaje...

Y así, claro, uno concluye, con rotundidad, pues eso: que sólo soy una extraña mezcla de azar y genética...

Y que no tengo arreglo, por tanto...

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