miércoles, 15 de febrero de 2023

UN NIÑO DE LA GUERRA

Los que nacimos en la década de los 50 del pasado siglo podemos ser definidos como los últimos niños de la posguerra.
Mi generación vino a un mundo inhóspito, feo, tristemente silencioso, huidizo y temeroso… Pero muchos de aquella generación no tuvimos conciencia de la realidad hasta pasados algunos años, cuando las afueras ya señalaban desigualdades terribles que nunca llegábamos a comprender el porqué…

En cambio, los nacidos en los años 30 de aquel pasado siglo, los llamados niños de la guerra, pronto supieron el porqué de aquellas desigualdades…

Ramón Serrano Balasch es uno de aquellos niños de la guerra que tengo la fortuna de poder leer a diario en las redes sociales. Y ha publicado una novela que lleva por título EL PADRE DESNUDADO, una necesaria novela donde la ficción y la realidad van de la mano. Y es que, como ha dicho Luis Landero, “hasta la fantasía tiene su casa en la memoria”. Es más, sostengo que la realidad es tan compleja, tan diversa según quien la viva, que sólo la ficción la puede reflejar. La realidad está en un rango superior a toda ficción, tanto que una ficción sólo es una visión de aquella realidad que habita desfigurada y sesgada en nuestra memoria. Y es memoria porque el presente, la realidad es tan efímera que un segundo después ya es pasado, es decir, memoria si se recupera aquel instante… Llevada a su máxima altura, la historia sólo es ficción de una realidad que fue diversa según el historiador que la relata…

Pues bien, la novela de Ramón Serrano es una ficción de toda una vida familiar desde aquel año que vino al mundo hasta nuestros días, con la figura del padre como elemento central de la novela. Una novela, como digo, ficcionada hasta una sublime realidad reconstruida con testimonios propios y ajenos en su desarrollo coral y que configura el relato escrito con la limpieza de un lenguaje justo y necesario sin concesiones a lo ajeno de contar una historia, una vida —unas vidas— plena y repleta de honestidad personal y profesional…

Mantengo desde hace años que faltan testimonios sobre la guerra y la primera posguerra. La maldita manía de los vencedores en no reconciliarse de verdad con los perdedores, la inexplicable actitud de la derecha política española, han hecho de nuestra historia más reciente un asunto del que mejor no hablar, tapar antes de superar uno de los pasajes más tristes de nuestra historia como nación, como país, como Estado… Y es que sólo sabiendo con rigor lo ocurrido, sin rencores, podremos superar el pasado y no olvidarlo para no repetirlo… Por eso es inadmisible ver cómo el espacio público español de hoy en día siga anclado en la crispación, la falta de consensos y el disparate; como cuando entonces y aquel espacio llevó a un Golpe de Estado, a una guerra civil y a una larguísima dictadura…

El libro de Ramón Serrano viene, pues, también a restituir parte de aquella realidad que se quiere seguir tapando para no reconocer errores de todos…

P.D. Siempre he pensado que mi generación tuvo una terrible infancia y juventud; pero al cabo, nunca perdimos la esperanza de que habría un futuro mejor… Mi solidaridad para con aquella generación de Ramón Serrano, los niños de la guerra, que sí que de verdad sufrieron como nadie el terror de la maldad humana, el exilio, la cárcel, la miseria, la guerra y la más cruel condición humana: el odio… Y mi alegría infinita por ser amigo del autor que ha vivido una vida dedicada a la comunicación, a la edición y a la literatura, habiendo podido conocer y tratar a tanto talento de la literatura española de la posguerra y la transición política… Lean este libro, un libro necesario…
Enhorabuena, querido Ramón…



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