Hoy me dieron la segunda y última sesión de fisio en Coín, nuestro pueblo, por esta temporada antes de regresar a Galicia...
Tanto el pasado lunes como hoy, querido primo José Manuel, evité mirar para el rincón de la Alameda donde tu casa... Y es que no puedo aceptar que ya no pueda ir a verte...
Sí, ya va para cuatro meses y unos días que te fuiste... Y va para cuatro meses y unos días que sigo sin que ya no pueda ir a verte... Y así, el pasado lunes, yendo para el coche por el Albaicín, me detuve en la placa que en su casa natal se recuerda a Javier Muguerza -el gran filósofo y paisano, al que nombraste, y aceptó con orgullo, Presidente de Honor de tu Fundación, ido un poco antes que tú- placa que se debe a tu insistencia y generosidad...
Y me emocionó tanto la placa y tu recuerdo que con un incierto desconsuelo pude subir al coche, donde me refugié del sudor frío que de golpe sentí por todo mi cuerpo...
Lo dicho, querido primo: cada vez que voy a Coín evito acercarme a la Alameda: no poder ya verte nunca más -ni poder echarnos unas risas- es un enorme e insoportable castigo a estas alturas de mi vida...
P.D. Una agradable comida con Rafaeles (el hermano y el sobrino) vino hoy a suplir ausencias...
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