viernes, 3 de enero de 2020

EN VIENA CON ZWEIG

En la oficina de invierno consigo casi siempre la misma mesa; como Pessoa en Martinho da Arcada...
También casi a diario se sienta a mi lado una pareja de extranjeros muy mayores, bueno mejor decir más mayores... Toman siempre un café en vaso, corto de café. Están casi una hora con aquella consumición. Ven los móviles, sorbo a sorbo. Al cabo, él coge una prensa deportiva inglesa de la que dispone el local y ella mira a un lado y a otro en silencio ambos...
Al cabo terminan el café, van de uno en uno al baño, pagan y marchan hasta mañana...
Ha pasado casi una hora y no se han dirigido la palabra un solo instante...
Prodigioso!!!!
Quizás ya se lo han dicho todo y sólo queda la mentira... ay!, el pudor de la mentira siempre es salvado por el silencio...
Pero yo sigo embelesado con lo vivido ayer en su mañana y primera tarde... Andris Nelsons bailando con la Filarmónica de Viena...
Y sigo oyendo valses y polkas, y a Beethoven, al que homenajearon. Y con la coreografía española de José Carlos Martínez... Y me veo visitando la hermosa Biblioteca Nacional de Austria... Y... Ay!, el Danubio Azul, el gran río de Europa, la vieja, la eterna Europa de los encuentros y los desencuentros, la inevitable por necesaria vieja Europa que ojalá nos siga amparando al menos como utopía...
Ay!!, se han marchado mis vecinos de al lado y sólo un gesto de ternura: él le ha cedido el paso por entre las mesas... Son ingleses, pero si aman tanto a España seguro que no son partidarios del Brexit...
Pero no, no me distraigo y sigo en Viena... Con la Filarmónica, y con ZWEIG...





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