Muchas tardes, tiempo atrás, estuve tentado. No supe nunca por dónde empezar, aunque la necesidad de hacerlo me llevaba ciegamente a intentarlo; pero saber con certeza que no serviría de nada me frenaba siempre.
Hoy, en la tarde, mirando al mar, solo y en silencio, tuve de nuevo la tentación. Pero una vez más no lo hice: definitivamente, sólo fuimos unos desconocidos que apenas nos habíamos esforzado en dejar de serlo...
Desde entonces, todo es silencio y tarde...
Hoy, en la tarde, mirando al mar, solo y en silencio, tuve de nuevo la tentación. Pero una vez más no lo hice: definitivamente, sólo fuimos unos desconocidos que apenas nos habíamos esforzado en dejar de serlo...
Desde entonces, todo es silencio y tarde...
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