jueves, 2 de mayo de 2019

LA ESPAÑA VACÍA: UNA PROPUESTA

NO pretendo sino señalar una serie de posibles acciones para buscar una salida al problema, no sólo de abandono del medio rural y sus fatales consecuencias para el medio ambiente, sino también una salida para una inmigración controlada y aliviar a las ciudades de la presión de flujos humanos en busca de oportunidades, las más de las veces, fallidas…
Para ello, propongo lo siguiente:
Crear una Comisión en el Senado, como cámara territorial que es, para analizar y censar el problema, Y, para ello, lo primero sería definir qué se entiende por la España Vacía, cuantificar el número de municipios, parroquias, aldeas y sus poblaciones, por comunidades autónomas y por provincias.
Crear una autoridad/oficina estatal responsable de la gestión de este complejo asunto, que a su vez contará con delegados en las comunidades autónomas afectadas o provincias.
Poner sobre la mesa todos los recursos públicos que las distintas administraciones públicas destinan a políticas contra el abandono del medio rural, montante que administrará aquella autoridad estatal anteriormente señalada.
Entre las gestiones a llevar a cabo aquella autoridad, estará la administración de aquellos recursos con el fin de incentivar la repoblación humana de aquellos territorios abandonados; desde ofrecerles casa gratuitas o créditos blandos para comprarlas, hasta subvenciones temporales y con límites y controles sobre su administración, a cambio de permanecer un mínimo de 10 años en el territorio,o de crear alguna actividad agrícola, ganadera y/o empresarial.
Los poderes públicos dotarán de servicios básicos aquellas repoblaciones humanas, tanto de población nativa como de inmigrantes que estén dispuestos a crear una familia en España, repito, con controles ad hoc sobre la viabilidad de sus proyectos que presentarán a la hora de solicitar las ayudas.
Las Diputaciones Provinciales serán los organismos público que coordinen las inversiones públicas en aquellos territorios abandonados (sobre todo tecnológicos y de infraestructuras básicas), volviendo a ser aquellas Diputaciones el motor que asegure el futuro del medio rural, y volviendo a tener las funciones para las que fueron creadas y recoge el régimen local: nunca he entendido qué hace, por ejemplo, la Diputación de Málaga manteniendo La Térmica, un espacio y una actividad cultural en la capital de la provincia, cuando hay un concejal de cultura del Ayuntamiento de Málaga y una delegada de la Consejería de Cultura de aquella Junta con sus espacios y sus funciones de actividades culturales en Málaga capital… La Diputación de Málaga, por ejemplo, debería dedicar sus recursos precisamente a aquellos municipios pequeños en riesgo de despoblación por falta de expectativas o falta de servicios públicos. Y todo ello siendo Andalucía -y gracias al vilipendiado PER- uno de los territorios donde hay un gran equilibrio poblacional entre el medio rural y el urbano, pero sirva de ejemplo lo de La Térmica a efectos del papel que deben volver a tener las diputaciones provinciales, una de las reformas pendientes desde la transición política en España.
La UE debería cambiar su PAC (Política Agraria Común) y en vez de apostar por una agricultura industrial hacerlo por una agricultura familiar y cooperativa. Por cierto, los fondos europeos destinados a políticas de repoblación territorial también serían administradas por aquella única autoridad estatal que sería nombrada por el Consejo de Ministros y consensuada con las comunidades autónomas y las diputaciones provinciales afectadas por la despoblación.
Como he señalado antes, estas políticas no sólo van destinadas a repoblar la España vacía con españoles sino con aquellos inmigrantes que lo deseen y conforme a los requisitos señalados de emprendimiento de una actividad con un proyecto ad hoc. No habría efecto llamada por el cupo de aquellos inmigrantes conforme el reparto que se haga en la UE y conforme los controles a posteriori que se hagan sobre sus actividades, controles que pueden llevar acarreados, incluso, la expulsión de España de aquel inmigrante que no cumpla con lo pactado y/o requisitos..
En suma, España se repoblaría, el medio rural dejaría de correr peligros de incendios y de desertización por abandono de la agricultura y la ganadería, y las ciudades dejarían de recibir presión de una población que sólo busca un futuro para sus hijos… Y, finalmente, se favorecería el empleo rural y la creación de nuevas familias con la consiguiente mejora de la pirámide poblacional.
Y lo que el Estado tenga que gastar a más lo recibirá en forma de impuestos y nuevas cotizaciones sociales, con crecimiento del PIB y con mayor cohesión social y territorial...
La autoridad estatal nombrada por el Consejo de Ministros acudirá a la Comisión del Senado cuantas veces se le solicite, donde dará cuenta de sus gestiones.

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