CRÓNICAS DE UN PEREGRINO EN ROADSTER (8)...

La mañana de este mi primer sábado de la temporada veraniega en Galicia vino llena de luz, con cielos azules, y con vientos que aseguran la ausencia de nubes... Aquí, por las tierras rudas de Castelao, los días tan luminosos son escasos; por eso, nadie como los gallegos sabemos apreciarlos......
Y así, en unos momentos, saldré a las afueras con el apetito de un adolescente para comerse el día, para atraparlo y sostenerlo en su hermosura...
Y cuando llegue la tarde y nos refugiemos del cansancio, como aquel tren que cantaba Andrés Do Barro en aquellos años de nuestra juventud, nos elevaremos por la Ribera del Miño camino de Baiona, la otra fortaleza del sur de Pontevedra, donde cenaremos con unos amigos que allí residen... ¡Que mis dioses me protejan!...

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