sábado, 24 de febrero de 2018

CONFESIONES DE UN EREMITA HETERODOXO Y ATEO (XIV)

Anoche me llamó Samuel, el eremita sin ermita, preocupado por todo lo que está sucediendo con el asunto de las pensiones... Y sobre todo, preocupado por el hecho de que la nueva dirección del PSOE haya apoyado las concentraciones ante el Congreso de los Diputados de los pensionistas, pensionistas que están enfadados sobre todo por la carta que han recibido de la Ministra intentando hacerles ver que han subido las pensiones. ¡¡¡Pero de ahí a apoyar concentraciones ante el Congreso de los Diputados!!!, me dice escandalizado... Y me recuerda que los gobiernos socialistas de Felipe y de ZP recortaron las pensiones en su día y sin una crisis financiera como la vivida en España recientemente... Por tanto, no se debería hacer electoralismo con este asunto tan delicado. Le doy la razón y le comento que hay mucha confusión con el asunto y que no es de recibo usarlo en estos momentos tan delicados... Y le dije que claro que hay que luchar por unas pensiones dignas, pero eso requiere, insisto, de un pacto social, no de oportunismos electorales... Y por ser un asunto de Estado es por lo que es impresentable hacer electoralismo con las pensiones en España...
Y le comenté que hay mucha confusión sobre el asunto y quise aclararle lo siguiente:
1. La hucha de las pensiones nada tiene que ver con los fondos de la financiación de las pensiones públicas; la hucha se creó en el año 2000, con Aznar de Presidente, al existir superávit en los ingresos de la seguridad social; superávit que se guardó en esa hucha para ser usado, precisamente, en coyunturas como la actual, con déficit de la Seguridad Social. Como sabes, las pensiones se financian sólo con cotizaciones sociales, tanto de las empresas, como de los autónomos y de los trabajadores asalariados. Y en coyunturas de déficit de la Seguridad Social se ha tirado de deuda pública para tapar ese agujero, pero cuando la deuda pública está cercana al PIB, como la actual, y la UE nos limita el déficit público tras el rescate financiero, pues se ha tirado de la hucha de las pensiones, hucha que estaba para eso. Lo que hacen los países serios cuando tienen déficit en la Seguridad Social, es crear coyunturalmente impuestos especiales finalistas para financiar aquel déficit. Y eso se hace a través de un pacto político y social. Lo que no es de recibo es usarlo electoralmente.
2. Por otro lado, y hay que ser honestos y reconocerlo, los pensionistas han sido los mejor tratados en la crisis; los pensionistas no han sufrido los recortes que han sufrido los funcionarios, por ejemplo. Y aún así, más terrible me parece a mi la situación de nuestros jóvenes, a los que sólo se les ha dicho que emprendan, que se espabilen, un discurso indecente que se ha lanzado también desde la izquierda al decirles que sólo les espera ser autónomos y/o sueldos y contratos basura, cuando un abuelo hoy, con su pensión, gana más que su nieto abogado o economista... Y eso sí que es un problema: sin juventud no hay presente ni futuro. Y detrás de todo está el asunto de los impuestos: sin ingresos no puede haber gastos para todos. Si no queremos pagar impuestos, y se pone en valor el no pagarlos, y queremos servicios públicos y prestaciones sociales de primer orden, algo no cuadra porque es imposible. Y en cualquier caso: no es de recibo que muchos socialistas hayan olvidado que Felipe y ZP tocaron las pensiones y en coyunturas de menor gravedad financiera como la actual. Y es que el asunto de los servicios públicos fundamentales y de las prestaciones sociales, son asuntos de Estado, en el sentido de asuntos que requieren un gran pacto de todas las fuerzas políticas, es decir, un pacto social que esté por encima de la lucha electoral.
3. Por tanto, aquel que usa estos asuntos como desgaste electoral del Gobierno de turno se retrata y se desenmascara: su estrategia lo incapacita para gobernar y para alcanzar los acuerdos necesarios para alcanzar un pacto social y político que haga viable el Estado del Bienestar que tanto cuestiona de manera demagógica...
Me dio la razón Samuel, y se quedó más tranquilo cuando le dije que en cualquier caso nuestra generación y alguna más no debe tener miedo ante el futuro de las pensiones, pero la juventud actual debe estar preparada para un mundo donde la robótica le quitará horas de trabajo pero que a su vez la longevidad les obligará a trabajar más años; menos horas laborales diarias, pero más años trabajando... Pero, como decía Keynes, a largo plazo todos muertos...
Y tras darme de nuevo las gracias por tranquilizarlo nos despedimos deseándonos una buena noche...

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