domingo, 28 de agosto de 2016

DEL PERDÓN Y LOS ORGULLOS

Nunca gané batalla alguna porque jamás estuve en ninguna guerra...
En cambio, siempre me he sentido en derrota o derrotado...
Quizás porque nunca me he sentido ganador al no estar en batalla alguna de ninguna guerra...
Al contrario, al menor error o metedura de pata estoy pidiendo perdón, o solicitando comprensión; ay, esas cosas del orgullo que nunca tuve!!! Y lo concedo, aquel perdón, de momento y tras serme solicitado o no, siempre que no sea una traición o deslealtad: le llaman madurez; yo lo llamo sensatez: ¡el que esté libre que tire la primera piedra!, como decían los libros del relato más cercano a nuestras vidas. se sea creyente o no...
Y me asombra, en cambio, que pocos son, contados, los que piden perdón y los que lo conceden cuando se les solicita...

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Comentarios