miércoles, 7 de octubre de 2015

ATENEO DEL NUEVO SIGLO

Cuando una tarde-noche muy hermosa…
Cuando no se sabe por donde empezar a contarla; quizás por el principio: las historias no se construyen ni se cuentan con juegos malabares con el tiempo, esos trucos para fingir debilidades y fortalezas…
Era hoy la presentación del nº 20 de la Revista ATENEO DEL NUEVO SIGLO, revista del Ateneo de Málaga, número titulado CIUDAD Y PATRIMONIO. El acto fue en el Auditorio del Museo Picasso de Málaga…
La presentó el Presidente del Ateneo, nuestro amigo Diego Rodríguez, y, como autor invitado estuvo presente Ian Gibson, que lo presentó nuestro también amigo Antonio Abad como Director de la Revista.

Ian Gibson, que ha estado viviendo en Málaga para documentarse sobre la relación de Lorca con Málaga y con Picasso, nos dijo cosas muy hermosas; como que Lorca amaba a la ciudad de Málaga, a la que consideraba abierta y cosmopolita, frente a la cerrada y ‘cateta’ Granada…

-“Lorca llamaba a Málaga la fina flor de la alegría andaluza”, dijo. Y nos contó que los que conocieron de cerca a Lorca decían que siempre supo que moriría joven, quizás de verse en esa poco permisible Granada; también habló de su compromiso político, del que sabíamos, por su amistad con Fernando de los Ríos. Y de su pasión por la música a través de la amistad con Falla… Y de cómo Lorca siempre reivindicó el mestizaje de nuestra cultura frente a los discursos de sangres puras y otras barbaridades tan lejos de la realidad andaluza y española… Recordó que Lorca y Picasso no llegaron a conocerse en persona nunca, pero que sabía por buenas fuentes que la devoción era mutua…

-“Lorca es el desaparecido más llorado del mundo”, dijo emocionado Ian Gibson. Y también dijo que España no se está portando bien con las cunetas…
Y habló de la Iberia, la que reclama; con Portugal, con Lisboa, con Pessoa… Y el mestizaje, y la diversidad de lenguas y culturas como lo mejor de la Iberia… Y la emoción fue subiendo hasta lo indecible…
Sí, España no tiene futuro sin enterrar de una vez su pasado, dijo; -si los que ganaron enterraron a sus muertos, los que perdieron también tienen derecho a enterrarlos.

Antes de abrir el acto un cuarteto de cámara nos dejó músicas elevadas: Pachelbel, Morricone y Händel…

Fue un acto muy hermoso.
No tenía invitación (condición necesaria), pero mi querido Rafael Ballesteros me la consiguió in extremis. Y, para mi contento, me regaló su libro, aquel que presentó hace unos días en el acto al que no pude asistir por mor de mis males…

Acabamos picoteando algo por la ambientadísima noche de Málaga; y recordamos aquella Málaga de entonces que al cerrar los comercios se quedaba desierta y abandonada de gente...

Sí, fue una hermosa noche que mereció la pena vivir…




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